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La comida de aprovechamiento es la solución para el futuro

La comida de aprovechamiento es la solución al desperdicio de comida

La comida de aprovechamiento es la solución al hambre y la esperanza del futuro. La tercera parte de los alimentos producidos en el mundo para el consumo humano se tira o se pierde, según estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)

Las pérdidas anuales ascienden a 800.000 millones de euros en los países industrializados y a 510.000 millones de euros en los países en desarrollo.

Al margen del dinero, el gran problema de fondo es el desconocimiento sobre cómo reducir la basura al mismo tiempo que se ganan nutrientes.

Comida de aprovechamiento, no al desperdicio de comida

Las campañas que desarrolla la FAO en ciertas zonas de América Latina, el Caribe y África promueven unas cuantas ideas para comer mejor y desperdiciar menos.

Sus iniciativas tienen por objetivo lograr un uso racional y saludable de los alimentos, algo que, si bien se concibió para países en vías de desarrollo, puede aplicarse a cualquier cocina del mundo.

El éxito estriba en unir técnicas de reducción de desperdicios con otras para mejorar la dieta. Entre las sugerencias, destacan:

  • Planificar una dieta acorde a las necesidades y a la economía familiar.

Esto solo se consigue con una previsión acertada del consumo real que se hace de los alimentos perecederos.

  • Utilizar como alimento lo que se descarta

Tallos, semillas y hojas de las verduras, las hortalizas y las legumbres son muy útiles  para hacer sopas, caldos y purés. Le añadiremos sabor y nutrientes.

  • Combinar con acierto los alimentos entre si, como por ejemplo:

Legumbres con cereales, o cereales con frutos secos, para obtener proteína vegetal de alto valor biológico.

Alimentos vegetales ricos en hierro con otros ricos en vitamina C (frutos secos con ensalada de tomate, coles, pimientos o cítricos…).

  • Cocinar los alimentos de de forma biodisponible

Es decir, cocinar de tal manera que los nutrientes sufran el menor deterioro poisible, aprovechando al máximo su biodisponibilidad. Como en el caso de la harina de maíz, para el aprovechamiento de la niacina o vitamina B3.

  • Conservar los alimentos tanto en crudo como cocinados.

Métodos en ocasiones milenarios, como la salmuera o el escabeche, se han olvidado y resultan muy útiles en comunidades donde la refrigeración es un lujo o el suministro de electricidad se corta con demasiada frecuencia.

  • Mejor higiene utilización y conservación de los alimentos

Erradicar las malas prácticas de higiene en la manipulación, el almacenamiento y la exposición a vectores contaminantes, como levaduras e insectos.

  • Evitar el consumo industrial

Cocinar en lugar de ingerir productos envasados en cajas.

  • Reutilizar los sobrantes de las comidas del día

Conservar las sobras y tenerlas presentes para usarlas a los pocos días. Esto ya lo hacían las abuelas hace décadas, como respuesta a un aprendizaje de años de guerra y de escasez. ahora su ejemplo puede servir de inspiración. Se trata de repartir entre los comensales lo que se intuye que puede terminar en la basura.

Comida de aprovechamiento: Uso racional de los alimentos,

En definitiva, hay ciertos nutrientes que no deberían aparecer en la basura, tales como agua, hidratos de carbono, proteínas, grasas, vitaminas y minerales.

Este nuevo modelo, requiere aprender a seleccionar los alimentos más ricos en nutrientes, cocinarlos de la manera más eficaz, incluyendo  todo lo que nutra, poner en práctica combinaciones eficientes y marcarse como objetivo no dejar restos.

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